Qué necesitas:
- Escalera estable o banco firme
- Funda de almohada vieja (¡muy útil!)
- Paño de microfibra
- Limpiador multiusos o mezcla de agua y vinagre (50/50)
- Guantes (opcional)
- Destornillador (si vas a desmontar algo)
- Toalla o sábana vieja para el suelo
Paso a paso:
- Apaga el ventilador y deja que se detenga completamente: Esto parece obvio, pero es el paso más importante por seguridad.
- Coloca una toalla o sábana debajo: Así recoges el polvo que pueda caer y evitas ensuciar el piso.
- Sube con cuidado y usa una funda de almohada: Introduce una pala del ventilador dentro de la funda, presiona y tira hacia afuera. Esto atrapa el polvo sin que caiga al suelo o sobre ti.
- Limpia con paño húmedo: Humedece un paño con limpiador multiusos o vinagre diluido. Limpia cada pala por ambos lados. Si están muy sucias, haz una segunda pasada.
- Seca con otro paño: Esto evita marcas de agua o manchas.
- Limpia la base y el motor: Con un paño seco o ligeramente húmedo, limpia la parte central del ventilador y los soportes. No uses demasiada agua cerca del motor.
- Revisa si hay tornillos flojos: Ya que estás ahí, aprieta cualquier tornillo suelto para evitar ruidos o tambaleos cuando gire.
- Vuelve a poner todo en su lugar y prueba: Enciende el ventilador para asegurarte de que todo esté en orden y limpio.
Consejos extra:
Si lo haces una vez al mes, la limpieza será más fácil. Si tienes alergias, usa mascarilla para evitar respirar polvo acumulado. Usa luces LED mientras limpias para detectar mejor el polvo escondido.