LIMPIEZA DE TRANSPORTE PÚBLICO
Limpieza de transporte público: guía completa para un ambiente seguro e higiénico
La limpieza de transporte público es esencial para mantener un entorno saludable y seguro para los pasajeros y el personal. Dado el alto volumen de personas que utilizan estos vehículos diariamente, una limpieza adecuada ayuda a prevenir la propagación de enfermedades y mejora la experiencia de viaje.
Pasos fundamentales para una limpieza de transporte público efectiva
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Preparación: Antes de iniciar la limpieza, ventila bien el vehículo para renovar el aire. El personal debe usar equipo de protección personal (guantes y mascarilla) para evitar el contacto con contaminantes.
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Recolección de basura: Recoge todos los residuos visibles dentro del vehículo, como papeles, envases y otros desechos, utilizando bolsas resistentes y adecuadas para su correcta disposición.
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Aspirado: Aspira cuidadosamente los asientos, alfombras, y todos los rincones donde pueda acumularse polvo y suciedad. Esto ayuda a eliminar partículas que pueden causar alergias o molestias a los pasajeros.
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Limpieza de superficies: Aplica un limpiador multiusos con paños de microfibra para eliminar manchas y suciedad adherida en pasamanos, barandas, respaldos y ventanas interiores.
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Desinfección: Para garantizar la eliminación de virus y bacterias, desinfecta especialmente las zonas de contacto frecuente, como asideros, botones y reposabrazos. Se recomienda usar alcohol al 70% o soluciones con amonio cuaternario.
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Revisión final: Inspecciona el vehículo para asegurarte de que todo quede limpio y bien ventilado antes de ponerlo nuevamente en circulación.
Este proceso de limpieza puede realizarse diariamente o con la frecuencia que exijan las normativas sanitarias, asegurando así un ambiente seguro y agradable para todos.
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