Aquí tienes una guía paso a paso, con un tono cercano y consejos prácticos, para dejar tus zapatos como nuevos:
Reúne tus materiales
Antes de empezar, asegúrate de tener a mano:
- Cepillo de cerdas suaves (puede ser un cepillo de dientes viejo)
- Paño o bayeta de microfibra
- Agua tibia
- Jabón suave o limpiador específico para calzado
- Bicarbonato de sodio (opcional, ideal para olores)
- Protector impermeabilizante (spray)
- Papel absorbente o papel higiénico
- Fieltro o gamuza (si tus zapatos son de ese material)
Quita cordones y plantillas
Saca los cordones y, si tu calzado lo permite, retira las plantillas.
Lava las cuerdas a mano o mételas en una bolsita de lavado en la lavadora.
Las plantillas, si huelen mal, espolvoréalas con bicarbonato y déjalas reposar unas horas antes de sacudir el polvo.
Elimina el polvo y la suciedad superficial
Con el cepillo de cerdas suaves, pásalo por toda la superficie del zapato para desprender tierra y migas.
Hazlo con movimientos suaves para no estropear el material.
Prepara la solución limpiadora
En un recipiente, mezcla agua tibia con un poco de jabón suave o limpiador de calzado (una gota de detergente neutro basta).
Si tus zapatos son blancos, añade una cucharada pequeña de bicarbonato; ayudará a blanquear.
Limpieza en detalle
- Para lona o tela: Sumerge el cepillo en la solución y frota con círculos suaves.
- Para piel lisa: Humedece el paño, escúrrelo bien y pásalo por toda la superficie. Evita mojar demasiado.
- Para ante o gamuza: Usa un cepillo especial para gamuza y no mojes el material; trabaja siempre en seco.
Aclarado y secado
Si quedó jabón, pasa un paño ligeramente húmedo para retirar los restos.
Rellena el interior con papel absorbente (no periódico, para evitar manchas de tinta).
Deja secar a temperatura ambiente, lejos de radiadores o sol directo (así no se deforman ni agrietan).
Nutre y protege
- En piel: aplica una pequeña cantidad de crema o cera nutriente y extiéndela con un paño suave.
- En ante: usa spray protector para repeler agua y manchas.
- Espera que se absorba y pule ligeramente con el paño.
Vuelve a montar tus zapatos
Una vez secos y protegidos, coloca de nuevo las plantillas y los cordones.
Aprovecha para rotarlos con otra pareja y así durarás más tiempo entre limpiezas.
Consejos extra
Si hay manchas difíciles (aceite, tinta), trata con un quitamanchas específico antes de la limpieza general.
Para eliminar olores persistentes, deja tus zapatos con bicarbonato dentro durante toda la noche y sacúdelo al día siguiente.
Guarda tus zapatos en un lugar ventilado y usa hormas si los tienes, para mantener la forma.
¡Y ya está! Con paciencia y estos cuidados lograrás que tus zapatos luzcan impecables y duren más tiempo.